Rafael Figueroa Alavés (1935)

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  Nace en Tlacotalpan, desde muy joven se dedicó a trabajar la madera, oficio heredado por su padre quien se dedicaba a la ebanistería.

  
  Desde muy joven partió hacia la CD de México donde estuvo trabajando por 24 años en una compañía que fabricaba muebles para tiendas comerciales, comenzó como ebanista y terminó como encargado de todo el personal.

  
  A principios de los ochenta regresó a Tlacotalpan y comenzó a trabajar haciendo muebles estilo tlacotalpeño. Trabajo que le ha dado grandes satisfacciones, pues sus trabajos han llegado incluso al San Pedro de Roma como regalo a su Santidad Juan Pablo II y ha sido ganador del primer premio del concurso las Manos de México otorgado por FONART y la SEDESOL.

  
  

  Otro aspecto de su vida lo conforma la música, pues desde los 14 años fue trompetista de la Orquesta Tropical de Tlacotalpan. En la CD de México participó como bajista con el conjunto de la Unión Nacional de Productores de Azúcar (UNPASA). Inició también un proyecto para enseñar a niños a tocar jarana y por su casa se veía revolotear a pequeños por todas la piezas, con este proyectó llegó a formar el grupo Fandanguito, que participó en el Encuentro de Jaraneros de Tlacotalpan, grabó dos cassettes, participó en el programa de radio Viva la Cuenca de la radio de Cosamaloapan y también realizó giras por todo el estado y el país.

  
  En 1983 se integró al proyecto para formar el grupo Siquisirí, con el que ha realizado innumerables giras a nivel nacional e internacional, así como una gran producción discográfica.

  
  Con el Siquisirí, inició su etapa como laudero pues sus primeros trabajos fueron para dotar al grupo de instrumentos como jaranas, requintos y boconas con un sello propio en cuanto a calidad y sonoridad, su marca es “RAFIAL”.

  
  Como laudero a introducido algunos cambios a la fabricación de jaranas que las han hecho más versátiles , particularmente en lo que tiene que ver con el diseño y acabados. Sus instrumentos han sido adquiridos por distintos grupos de Son Jarocho, aprendices e incluso por grupos que nos son de Son jarocho como Café Tacuba.
  
  Texto tomado y adecuado de la revista Cuenca Ano 2, No. 9, Mayo 2001.
  Artículo realizado por Tomás García Hernández.